Lluvia y paraguas en La Alpujarra
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10/11/2013 ― Muy bonita la web de casas y turismo rural, nos ha sido de gran utilidad, pero quizá sería interesante que incluyerais información sobre lugares de ocio y pubs de la zona para los días de lluvia o mal tiempo.
Vacaciones en La Alpujarra con lluvia y alrededor de la chimenea
Nosotras estuvimos en el puente de Todos Santos en Casas Las Chimeneas de Capileira y tuvimos la mala suerte de pillar todos los días lloviendo y pasamos las vacaciones recluidas junto a la chimenea con leña todo el día. No obstante, pudimos disfrutar de las primeras nieves en los picos de Sierra Nevada; un espectáculo precioso.
Si la lluvia te acompaña en tu escapada, hay alternativas en La Alpujarra
El último día cuando nos íbamos de regreso a nuestro pueblo Denia nos contaron en el horno de Capileira que hay un punto de reunión en el pub El Pilón donde ponen música y cervezas acompañadas de buenas tapas.
La experiencia ha sido preciosa a pesar de la lluvia y volveremos para celebrar el fin de año alpujarreño y espero que el buen tiempo nos acompañe. Parece ser que las vacaciones de Navidad en La Alpujarra son especiales.
Qué hacer si te encuentras con tiempo desapacible en tus vacaciones en Alpujarra
No todo está perdido si las nubes deciden acompañarte durante tus vacaciones en La Alpujarra. Este rincón mágico de Sierra Nevada no solo brilla bajo el sol: también tiene un encanto especial cuando el cielo se cubre de niebla y la lluvia repica sobre los tejados planos alpujarreños. De hecho, esos días invitan a descubrir La Alpujarra más auténtica, cálida y acogedora. Te dejo algunas ideas para disfrutarla incluso cuando el tiempo meteorológico se vuelve adverso.
Itinerarios en coche entre pueblos con encanto
El mal tiempo puede ser el motivo perfecto para recorrer la comarca a tu aire, sin prisas. Un itinerario clásico es el que lleva hasta Trevélez, el pueblo más alto de la península ―los de Valdelinares no están de acuerdo― y famoso por sus jamones alpujarreños. El trayecto serpentea entre montañas, ofreciendo paisajes envolventes entre la niebla.
Una vez allí, puedes visitar sus tiendas de productos típicos, comprar miel, quesos o embutidos artesanos, y disfrutar de la hospitalidad alpujarreña en alguno de sus restaurantes o mesones. El ambiente de montaña y el olor a leña compensan cualquier chaparrón.
Tardes de música y buen ambiente en El Pilón
Cuando cae la tarde y la lluvia arrecia, un lugar perfecto para refugiarse es el pub El Pilón en Pampaneira. Ponen buena música y se respira un ambiente de cordialidad entre turistas y alpujarreños. Puedes degustar una cerveza bien fría con tapas generosas, cenar algo informal o probar sus famosas roscas y pizzas al calor de la gran chimenea una conversación distendida.
La mezcla de vecinos y viajeros hace que siempre haya historias que contar, risas que compartir y, con suerte, algún espontaneo con guitarra improvisada.
Arte bajo techo: el estudio del pintor Berto
En Capileira, uno de los pueblos más pintorescos del Barranco de Poqueira, se encuentra el estudio y exposición del pintor artístico Berto.
Entrar allí es sumergirse en el color y la luz de la Alpujarra, plasmada en lienzos que reflejan su esencia: la montaña, las casas blancas, los bancales, los cielos cambiantes. La visita es ideal para los días grises, cuando el arte parece iluminar desde dentro lo que el sol no puede mostrar fuera.
El Museo de Usos y Costumbres de La Alpujarra
También en Capileira, este museo es una joya escondida. En sus salas podrás descubrir cómo vivían los alpujarreños de antaño: sus herramientas, sus oficios, su forma de construir y de sobrevivir en un entorno duro pero hermoso.
Es una visita que reconcilia con el espíritu alpujarreño, y que ayuda a entender por qué las casas, los caminos y los pueblos están hechos como están.
Un viaje en el tiempo para apreciar la sabiduría de la vida rural y el ingenio de quienes moldearon esta tierra.
Comer bien, aunque «caigan chuzos de punta»
Si el frío aprieta, nada mejor que sentarse a comer en un comedor acogedor con vistas al Barranco de Poqueira.
En Pampaneira, el Restaurante Casa Julio y Casa Alfonso son dos paradas obligadas. Ambos ofrecen platos tradicionales —como las migas, la olla de San Antón o la carne a la brasa— y una atmósfera cálida con ventanales desde los que se divisa el paisaje envuelto en nubes.
El murmullo de la lluvia y el aroma a chimenea se mezclan con el sabor de los guisos caseros: una experiencia de puro confort alpujarreño.
La magia del hogar: chimenea, relax y sosiego
Y si decides quedarte en tu alojamiento, no pasa nada. En La Alpujarra, una tarde de lluvia puede ser la más memorable de todas. Reúnete con tus amigos o familia alrededor de la chimenea de leña, abre una botella de vino, corta un buen trozo de jamón o un queso de la zona, y deja que el fuego haga su magia. El crepitar de las llamas, las risas y las historias compartidas crean momentos que se quedan grabados en la memoria. Porque en el fondo, la Alpujarra se visita, se vive, incluso —y a veces especialmente— cuando el tiempo no acompaña.
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1611 – Al vivir La Alpujarra en toda su extensión vas creando una sensación acogedora y pintoresca difícil de encontrar en otros lugares de España.
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Que el mal tiempo no te amargue las vacaciones. En La Alpujarra, hasta los días grises tienen su encanto. La lluvia, el viento o la niebla no son un obstáculo, sino una invitación para disfrutar el lado más íntimo y auténtico de la comarca. Son momentos perfectos para descubrir rincones que quizá, con sol, pasarían desapercibidos: un museo escondido, una taberna acogedora o una conversación tranquila junto a una chimenea.
El mal tiempo te regala otro aspecto de La Alpujarra, más silenciosa, más pausada y profundamente humana. Una Alpujarra que huele a leña, a pan recién hecho y a tierra húmeda. Es la oportunidad de mirar el paisaje desde dentro, de sentirlo, de escuchar su calma.
Así que no dejes que unas gotas o unas nubes te estropeen la escapada. Ponte ropa cómoda, abre bien los sentidos y déjate llevar. Porque, cuando las nubes se despejan, te darás cuenta de que incluso bajo la lluvia, la Alpujarra sigue siendo un lugar luminoso.
