Así lo hemos disfrutado en Alpujarra
· El contraste de La Alpujarra con nuestro pueblo Villena es abismal, ello ha sido una grata sorpresa y hemos disfrutado de una experiencia que recordaremos toda la vida.
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14/5/2016 ― De todos los viajes de finde semana y vacaciones cortas esta es la mejor semana Santa de turismo en la Alpujarra que hemos pasado en los ultimos años.
Creo que tuvimos mucha suerte al encontrar este alojamiento y la estancia en esta casa cortijo rural en plena naturaleza ha sido muy agradable, todos los detalles muy cuidados y muy confortable. He de recalcar no ha faltado ningún detalle y es una casa rural muy bien equipada.
La situación de la casa en La Taha fue el secreto del éxito
La ubicación de este cortijo rural es espectacular está muy bien situado y se encuentra cerca de una fuente muy turística con agua agria y proximo a la zona más turística de la zona del pueblo Pampaneira catalogado como el más bonito.
La comida es cara en los restaurantes en general pero debo resaltar y agradecer la información y los consejos gastronómicos de Por Mi que da una buena orientación y en concreto hemos comido muy bien en Casa Alfonso por recomendación en twitter de Santacreu que parece conoce estas tierras.
Prometo que muy pronto volveremos y si tenemos suerte de pillar libre en verano el Cortijo La Loma disfrutaremos de la piscina.
Recorrido por todos los pueblos de La Taha
La zona donde se encuentra esta casa rural se puede describir como hermosa, tranquila y muy alpujarreña que debe estar entre los itinerarios turísticos que debes realizar porque además de su atractivo natural se encuentran algunos pueblecitos encantadores muy pequeños que ni tan siquiera disponen de ayuntamiento propio por ser pedanías pertenecientes al pueblo de Pitres. Las carreteras que discurren por esta ladera de Sierra Nevada son pequeñas y muy pintorescas que podemos hacer una parada en cualquier curva para deleitarnos con las vistas que ofrecen hacia el valle.
Las mejores condiciones para la curación del jamón
En la trayectoria de esta carretera observa cómo se encuentran numerosas empresas de curación de jamones y derivados de La Alpujarra, es debido que la climatología de esta zona que está influenciada por la costa mediterránea ofreciendo unas temperaturas muy estables a lo largo del año, clave esencial por producir este producto de fama internacional.
Un municipio con alma de aldea donde se respira paz
La Taha no es un solo pueblo, sino un conjunto de pequeñas aldeas: Pitres es la capital administrativa, Mecina, Mecinilla, Ferreirola, Fondales, Atalbéitar y Capilerilla. Todas ellas se asientan en el Barranco del río Trevélez. Este modelo de pedanías dispersas es herencia directa del pasado moro, cuando «taha» designaba una división territorial de origen morisco. En estas aldeas, el tiempo parece haberse detenido: calles estrechas, tinaos, fuentes, eras, y casas que se confunden con la montaña.
Arquitectura tradicional y paisaje rural
Las construcciones conservan la esencia más pura de la arquitectura alpujarreña:
Muros de piedra seca encalados.
Tejados planos con launa ―arenisca de pizarra impermeable― y chimeneas troncocónicas con «sombrerillo».
Puertas y ventanas pequeñas, con vigas de castaño y suelos de lajas.
El paisaje rural también mantiene su personalidad: pequeños huertos, castaños, nogales y terrazas escalonadas que descienden hacia el río, creando un mosaico de verdes y ocres que cambia con las estaciones.
La Taha, el corazón virgen de La Alpujarra menos conocida
Rutas y naturaleza viva
Desde La Taha parten senderos preciosos, ideales si buscas tranquilidad y contacto directo con la naturaleza.
Ruta Ferreirola a Busquístar: un paseo entre cortijos, acequias y vistas espectaculares del barranco.
El sendero de las siete aldeas recorre todos los núcleos de La Taha en un día, atravesando paisajes rurales, fuentes y antiguas eras.
Conocerás acequias de origen moruno, muchas aún en funcionamiento, canalizando el agua del deshielo. Caminar junto a ellas es recorrer siglos de historia hidráulica viva.
Ferreirola, una joya oculta para grabar en tu cámara
Ferreirola es quizá la más fotogénica de las aldeas. Tiene un silencio especial, interrumpido solo por el agua y los pájaros. Allí está una pequeña fuente con propiedades mineromedicinales. También abundan los rincones floridos, los portales con inscripciones árabes y los bancos improvisados desde donde se contemplan las montañas.
En invierno huele a humo y pan; en verano, a hierbas secas y agua fresca. Es un lugar que enamora a quien busca la auténtica Alpujarra sin maquillar.
Pitres, la aldea visible de La Taha
Pitres es el núcleo mayor, con tiendas, restaurantes, panadería y actividad comercial. Tiene incluso su mercado semanal, donde se mezclan vecinos, artesanos y viajeros.
Es el punto de partida ideal para recorrer las aldeas y el Barranco de Poqueira, y un ejemplo de cómo la tradición puede convivir con un turismo respetuoso.
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1611 – Al vivir La Alpujarra en toda su extensión vas creando una sensación acogedora y pintoresca difícil de encontrar en otros lugares de España.
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Cuando recorres la Taha comprobarás que no busca impresionar con monumentos ni espectáculos: su encanto está en la sencillez, lo humano y lo natural.
Es un lugar para pasear sin rumbo, para escuchar el murmullo del agua o leer junto a una chimenea mientras fuera cae la niebla.
Aquí el tiempo se disfruta de otra manera, se vive por el sonido de la naturaleza, el olor del pan recién hecho y la conversación pausada con los vecinos.